Miguel Ángel López correrá para el equipo continental colombiano Team Medellín EPM en 2023 tras su despido de Astana-Qazaqstan por sus vínculos con el Dr. Marcos Maynar, un profesor universitario y médico español que actualmente está siendo investigado por presuntamente formar parte de dopaje.
López fue suspendido provisionalmente por Astana en el verano, pero el equipo lo reintegró antes de la Vuelta a España, alegando falta de pruebas. Posteriormente, el colombiano ocupó el cuarto lugar en la general en la Vuelta, pero fue despedido por Astana en diciembre después de que el equipo recibiera nueva información sobre sus vínculos con Maynar.
En los últimos días, López había sido vinculado con un traspaso al Equipo Medellín EPM, que confirmó su llegada el domingo. Entre sus nuevos compañeros estará Óscar Sevilla, de 46 años , y López indicó que debutaría con el plantel en la Vuelta a San Juan de este mes .
“Quiero agradecer al Team Medellín por su confianza, por darme esta hermosa oportunidad”, dijo López en un video difundido por el equipo .
López agregó que había sido “un año complicado”. Después de ser despedido por Astana, el joven de 28 años emitió un comunicado en el que rechazaba “cualquier acusación que pudiera dañar su nombre y honor como ciclista profesional”, pero no atrajo pretendientes a nivel WorldTour o ProTeam.
“Casi me quedo sin equipo para el 2023 porque faltaba mucho tiempo en el año y los equipos estaban completos, no había espacio”, dijo López, quien planteó su campaña 2023 como una temporada “de transición”. “Creo que este equipo me está dando confianza y una gran oportunidad para poder competir por el año 2023”.
En declaraciones a Cyclingnews tras el despido de López, el técnico de Astana, Alexandre Vinokourov, dijo que el equipo no tenía más remedio que separarse del ciclista debido a sus vínculos con Maynar.
“Le dimos una oportunidad antes de la Vuelta, pero no me la puedo jugar”, dijo Vinokourov. “Está claro para todos, hay que respetar eso”.
Maynar está siendo investigado actualmente por la policía española como parte de su investigación sobre una red de dopaje generalizada que, según los informes, operaba desde un departamento de ciencias del deporte en la Universidad de Extremadura, trabajando con ciclistas, nadadores y jugadores de fútbol.
