Hace unos días publicábamos la foto de un niño con una bici que no tenía ni siquiera cubiertas. (podéis verla AQUÍ). La foto habla por sí solo, no hace falta mucho que decir. En ella hacíamos la siguiente reflexión… ¿Se mide la pasión por el ciclismo en función del dinero que te has gastado en la bici, ropa, aparatos electrónicos…?
Se trata de una cuestión a la que casi todo el mundo respondería que NO. Sin embargo, seguro que también todos tenemos la impresión de que el ciclismo se ha vuelto algo «snob». Esto ya ocurrió en su día con el boom del running. Es muy habitual ver por las carreteras, al menos en España, bicis que superan con facilidad los 3.000 €. No hablemos ya del precio de potenciómetros, ruedas de carbono de perfil, zapatillas…
El ciclismo está claro que es un deporte que o se ama o se odia, no hay término medio.
Cuando se ama se hace con locura pero… ¿realmente es necesario llevar un Trek Madone de 8000 € para sentir pasión por este deporte? Podemos pensar que cada uno con su dinero hace lo que quiere. Es cierto. El dinero cada uno se lo gasta como cree conveniente. No hablamos de eso en este artículo. El ciclismo no es un deporte, es una forma de vida. El ciclismo es sufrimiento, es agonía, es dolor y al mismo tiempo placer. El ciclismo se lleva en la sangre. Aquellos que aman este deporte les da igual llevar una Madone que una B’twin (que por cierto les han cambiado el nombre… ¿por qué sería?)
Pensemos en esos días de invierno fríos y nublados. ¿Cuánta gente se ve montando en bici? Cuatro locos… Las marcas nos bombardean con productos carísimos, que a veces nos volvemos locos por comprar. Realmente alguien cree que una bici de 8 kg o una de 8.5 kg hace mejor a un ciclo turista… y la diferencia de precio es considerable. Estamos dispuestos a pagar barbaridades por cosas que vemos a los profesionales, aunque no las necesitemos. ¿Eso es amor por el ciclismo, «esnobismo» o marketing?
El ciclismo no es un deporte, es una forma de vida
Seguro que el niño de la foto no le hace falta una Madone, ni una Dogma, ni unas ruedas de carbono. Solo le hace falta una bici con cubiertas… Antes dejábamos caer la pregunta de que a las bicis B’twin (marca de una conocida tienda de deportes, para quien no la conozca) le habían cambiado el nombre. La respuesta es muy sencilla, los ciclistas no se compran bicis de esta marca por que les da vergüenza. No importa que la bici B’twin sea mejor que la de marca, lo importante es que no se vea que es de «marca blanca».
A estos extremos se ha llegado en el ciclismo. Por eso nuestra pregunta es si la pasión por el ciclismo se mide en función de lo que uno se gasta. Seguro que este se tratará de un artículo polémico. Cada uno el dinero se lo gasta en lo que quiere pero aquí no hablamos de eso. Hablamos de pasión por el ciclismo.
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